viernes, 27 de noviembre de 2009

Noviembre


El autobús turístico de la “ruta blava” se mueve como si quisiera convertirme en fiambre.
Casi mato a una paloma con una pata presa en basura urbana, y las hojas de Otoño revolotean alrededor de las ruedas de la bici.
Me siento rara.
Noviembre tiene esa capacidad de dilatarme las pupilas y hacerme mirar el mundo con la distancia suficiente, como para parecer que estoy abobada, o perdida en pensamientos filosóficos. Pero no es verdad, no siempre me quedo en los conceptos o en el intento de destrincarlos.
También hago malabares mentales con las cuentas mensuales que llegan a casa.
Imagino como será Praga, bajo la luz de esta época del año.
En como me gustaría comprar el penúltimo libro de Olivier Rolin, pero antes tengo que comprar una persiana nueva para la habitación de Sami.
En como los bosques de hayas del Pirineo aragonés, deben estar hermosos, ahora mismo.
En tu mirada de ojos oscuros. Afilada y pacifica.
Podría haberme quedado un buen rato sujetando esa puerta, impidiéndote la entrada, para poder seguir a gusto en tus ojos, no fuera el hecho de que estaba trabajando.
Ha pasado tiempo( aunque el tiempo, ya se sabe, es algo muy personal) y sigo recriando la mirada más fuerte que se me ha cruzado desde-hace-no-me-acuerdo.
O quizás no fuera tan fuerte, y yo me encontraba muy frágil, y se quedó hasta ahora conservada en debilidad del imaginario.
Bueno, de todos modos sigue aquí. Y hay pocas cosas tan malas como imaginar que podría haber sido, lo que nunca fue.
Aún soy bruja en periodo de practicas y sigo teniendo una imaginación que me salva, y a la vez se burla de mi.
Lo siento, estamos en Otoño.

sábado, 21 de noviembre de 2009

El penúltimo


Me dijo que se iría.

Que toda la nada que dejaba en la ciudad, no era más que eso.
Nada, o palabras, lo que es casi lo mismo.
También me dijo que no se podía vivir con los demás sin tener ya ningún sueño y que por eso se iba.
Mi ultimo sueño es tener un sueño, me dijo, bajito.
Llenó una maleta marrón y después se subió en su destino.
Se llevó con el mi penúltimo sueño...

lunes, 16 de noviembre de 2009

Salas de cinema

As salas de cinema continuam a ser o meu sítio preferido para chorar em paz. Aqueles que estao no ecrán nao se sentem incomodados pela impossibilidade de solucionar os meus problemas. Nao há vergonha, nem contençao, só escuridao acompanhada.
Talvez esta página também seja uma sala de cinema.



Cada vez que tu te ausentas, cala-se um pedaço de mim.
Ainda que saiba que vais voltar dentro de dias.
Nao ter os teus braços pequeninos, a agarrar o meu pescoço com força.
Nao ter a tua gargalhada, de quem se delicia com a descoberta.
Nao ter a tua voz frágil, a perguntar-me se o Hércules é o mais forte de todos.
Aprendo, que tu nao podes pertencer-me, que a posse nao é amor, que podes estar, mas nao ficar. Ainda que a teoria sempre tivesse estado, aqui, entre nós.
Alguém fica realmente?
Recebo. Dou.
E dentro do meu silêncio ainda ouço as folhas que caem da árvore de jupiter plantada no terraço.