sábado, 19 de diciembre de 2009

5ºc e Jorge Sampaio


Fria manha. Os termómetros ameaçam graus negativos.
Refugio-me numa meia de leite e no “El País” num bar do bairro do Born.
Leio o artigo de opiniao do Jorge Sampaio.

Desde que saí de Portugal em 2003 deixei cair uma cortina de esquecimento entre mim e a política do País.Talvez porque saí com raiva, inclusive com ressentimento.
Contra a inactividade popular perante a prenda envenenada do €, contra a estadia transitória do Guterres e o oportunismo com que abandonou o barco, contra a impunidade e a resignaçao.
O que fará com que homens como Sampaio, de ideias lúcidas, tolerancia e sensibilidade, se cansem de lutar? E Francisco Louça? E Miguel Portas?
Fomos o primeiro País a ter deputados trotskistas no parlamento, e mais tarde uma surpreendente tentativa de anarco-sindicalismo.
Orgulhei-me disso...
Alguns amigos deste lado da fronteira dizem que somos um País de contradiçoes, em algumas coisas evoluidos como a sociedade suiça, em outras, tristemente atolados no pior da Idade Média.

Quando regressei, de férias, atravessei Portugal a contemplar incêndios, bosques negros e bandeiras patrióticamente dependuradas em nome de uma bola de futebol.
O País ardeu por dentro e por fora e eu chorei de raiva.
Suponho que o problema reside no facto de que, dentro de nós, repousa a eterna e infantil convicçao de os políticos nao se cansam, assim como de que os pais nao erram.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Probabilidades


Um edifício, nem sempre é apenas um edifício.


Um ser frágil, nao é apenas frágil.


Ser generoso nao implica a ausência das faculdades intelectuais.


E, o vazio que fica depois de um sexo sem amor, é realmente uma merda.



lunes, 14 de diciembre de 2009

Cielo gris


Miro abajo y veo mis pasos cansados, tropezando entre los vuestros, andando a zancadas, aunque ya no sienta el suelo.

El vacío es absurdo.
Quizás, cuando uno deja de emocionarse, todo le parece absurdo.
Quizás el absurdo sea temporal y perder la capacidad de emocionarse sea apenas un turno, para que el sentir se pueda dormir por un momento.

Y tal como un cielo de Invierno, mis preguntas no se despejan cuando miro hacía dentro.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Diciembre, que no es Noviembre, pero da igual.

Las hojas de los árboles siguen en su caída vertiginosa y desenfrenada.
En el camino para el colegio, Laura me pregunta porque caen las hojas.
Dudo entre la ley de la gravedad y la explicación caducifolia.
Hago una mueca mental y me acuerdo del padre de Calvin(Calvin & Hobbes).

A veces, la realidad es aburrida.
- Porque se cansan de estar ahí arriba y se tiran en el suelo.
No cola.

Me mira con la misma expresión con que me escuchó contarle quien es Papá Noel y los renos voladores.
- Bueno, cuando estás cansada no te gusta tirarte boca arriba?
- Si, pero yo soy una persona y las hojas no se cansan porque no juegan, ni van a la piscina, no?
Me rindo: Vale, se despegan de las ramas porque el frío les hace perder fuerza.
Lo acepta. Y la quiero un poco más.
La dejo en el colegio y le digo al oído: te quiero tanto como todas las hojas de la ciudad.
- Yo más, me regala una sonrisa provocadora.

Cojo la bici.
Que frío hace dentro de mi.
Me siento una hoja.
No quiero pensar.
Pedaleo.