miércoles, 24 de febrero de 2010

"All we know"


Un viento furioso me empuja por las puertas entreabiertas de un bar.
Nina Simone llora su amor perdido por la radio, pero el primer sol de Primavera tímida ya me calentó los huesos y las heridas invisibles del desamor.

Palabras redondas que se unen hasta formar un único nudo:
El paro, la crisis, el euro.
Quiero irme y no puedo.
El hecho de no saber adonde no minimiza la intensidad del deseo.
Y no es que no quiera a Barcelona. La quiero.
Incluso bajo el sol impiedoso de los meses calientes, la invasión turística y el pretencioso tique de “ciudad fashion”, la quiero.
La quiero más por la mañana, cuando todo se va despertando.
La quiero un poco más por la noche, cuando algunos duermen y yo me zambullo entre amigos y alcohol.
La quiero.
Pero tal como con un amante, no basta con quererle y suponer que me quiere.
Tiene que hacerme sentir viva.

Vuelve Nina Simone: “For all we know, we may never meet again”...
Pero ahora no siento nada, solamente escucho su voz sin pudor.

lunes, 22 de febrero de 2010

Callejones sin respiro



Como si estuviera en un callejón.
Dándome contra muros, ventanas y puertas cerradas.
Sin llegar a aceptar que no hay espacio libre por donde puedan pasar mis 47Kg.

Una danza desquiciada, frenética, pediendo lluvia bajo un sol que seca hasta requebrar.

Me gustaría convertirme en árbol durante un pedazo de tiempo.
Estirar mis hojas para recibir luz tibia.
Y respirar. Solo respirar.



sábado, 20 de febrero de 2010

Cuspir ou Mentir.

Mentir é como cuspir contra o vento.
O tempo que demora a molhar-nos a cara, só depende da velocidade do sopro.

sábado, 13 de febrero de 2010

¿?

La busco en todos los ojos que se me cruzan por la Ciudad. Tu mirada. Inteligente, dulce,curiosa.

Evidentemente no la encuentro.

Todavía no sé porque lo hago.






martes, 9 de febrero de 2010

lunes, 8 de febrero de 2010

Hoy


Hoy no quiero ser.
No quiero soñar. No quiero pensar.
Ni siquiera andar .
Me apetece ser una rueda de bici.
Simplemente avanzar, inundarme en los charcos, saltar y sentir la continua caricia del suelo bajo mi pasaje, frenar por un momento, antes de volver a cortar el aire.
Sentir movimiento.
Que algo cambia.
Que mi imaginación no se burla de mi.
Sentir que hoy no fue un día igual a los demás, porque he deslizado en otro suelo.
Que hoy he visto algo, que no había visto antes.